“Los Diez Estados de la vida de cada ser humano”
Los Diez Estados de la vida de un ser humano, son diez condiciones de la vida que cada ser manifiesta en el transcurso del tiempo. El factor más importante al postular los Diez Estados, es el sentimiento y conducta individual que experimenta cada persona, que surge de la profundidad de cada vida individual, se manifiesta en su comportamiento y actitud, consigo mismo y con los demás, que en todo momento son cambiantes en la vida.
Estos Diez Estados, del más bajo al más elevado, son establecidos y explicados por Nichiren Daishonin, en su tratado «El verdadero objeto de devoción» y son los siguientes:
1. Estado de «Infierno»: «La cólera es el mundo del Infierno».
Es el Estado de la vida más bajo, donde la persona está manejada por el impulso de destruir todo y a todos, inclusive a sí mismo. En resumen, esta condición de la vida está representada por el sufrimiento extremo y la desesperación.
2. Estado de «Hambre»: «La codicia es el mundo del hambre, eterno esclavo de los deseos»
En este Estado de la vida, la persona está dominada por incesantes deseos egoístas de riqueza, fama o placer que nunca pueden ser verdaderamente satisfechos.
3. Estado de «Animalidad»: «La estupidez es el estado de la animalidad, la vida descontrolada por percepción superficial».
En este estado de la vida cada persona sigue al impulso de sus deseos e instintos, y carece de la sabiduría para controlarse a sí mismo.
4. Estado de «Ira»: «La perversidad es el estado de la Ira, por arrogancia menosprecia a los demás».
Consciente de su propio «yo», es decir de sí mismo, egoístamente la persona no comprende las cosas tal como son, llegando a menospreciar y violar la dignidad de otras personas.
5. Estado de «Tranquilidad o Humanitario»: «La calma es el momento del mundo de la Tranquilidad o Humanitarismo».
En este Estado de la vida uno puede controlar temporalmente los impulsos y deseos a través de la razón. En este estado la persona vive una vida pacífica, en armonía con los demás y con el ambiente. También, es denominado un Estado humanitario.
6. Estado de «Alegría»: «La alegría es el Estado de la felicidad transitoria al haber cumplido la ambición y deseos».
Es el Estado, donde la persona está tranquila y transitoriamente feliz, sintiendo satisfacción por haberse liberado de un sufrimiento o logrado un deseo ansiado.
Los seis Estados hasta aquí mencionados, que van desde el «Infierno» hasta el de «Alegría» surgen debido a los impulsos y deseos, pero están controlados totalmente por las restricciones que le impone el ambiente a la persona, y por eso, son extremadamente vulnerables ante las circunstancias cambiantes. A esto se refiere en el tratado como «La rotación en los seis caminos».
7. Estado de «Aprendizaje o Saber»
Es el Estado cuando la persona se esfuerza por obtener un estado duradero de satisfacción y estabilidad, mediante la auto-transformación y desarrollo del saber. Concretamente, la persona se dedica a crear una vida mejor a través del aprendizaje de ideas y conocimientos de la experiencia de antecesores o contemporáneos.
En este Estado al escuchar sobre el Budismo, logrará conocer una parte de la verdad del Buda.
8. Estado de «Auto- Realización»
Este Estado de la vida es similar al de «Aprendizaje» porque en ambos casos la persona se esfuerza por progresar. Sin embargo, lo que diferencia del Estado de «Auto-Realización» con el Estado de «Aprendizaje», es que en lugar de tratar de aprender por los resultados de los predecesores, uno trata de hacerlo a través de la observación directa de los fenómenos y circunstancias, con propia voluntad de uno, logra cierta iluminación de parte del Budismo.
En estos dos últimos Estados tienden a aferrarse en su propia e incompleta iluminación, debido a que no se otorga beneficios para los demás; y es carente de amor compasivo, debido al afán de auto perfeccionarse.
9. Estado de «Bodisatva»
Este es el Estado de amor compasivo, en el cual una persona se consagra a la felicidad de los demás, aún a costa del propio sacrificio. En este Estado con alto espíritu de búsqueda, la persona práctica para el beneficio de los demás. El Bodisatva, siente que el cambio hacia el perfeccionamiento reside tan sólo en la experiencia de otorgar amor compasivo para salvar a los demás del sufrimiento.
10. Estado de «Budeidad»
La Budeidad se refiere al Estado de extremo respeto que logró el Buda, que significa el «iluminado»: Es el Estado al que se iluminó por la Ley fundamental, que atraviesa la vida del Universo. Gracias a esta iluminación la persona se puede incorporar con amor compasivo e infinita fuerza de sabiduría, para poder salvar del sufrimiento y desesperanza a toda la humanidad. Se puede decir, que en el Estado de Budeidad, la persona se esfuerza de manera constante para que otras personas logren la misma iluminación y superación.
Nichiren Daishonin es el Buda del Ultimo Día de la Ley, quien demostró este Estado de Budeidad siendo un hombre mortal común, él aclaró que en la vida de nosotros mismos existe latente la vida de la Budeidad, y para poderla hacer surgir estableció el Gohonzon (Objeto de Devoción) y enseñó el Daimoku como medio de expresión. Por tanto, cuando nosotros recibimos el Gohonzon, y empezamos a practicar el Daimoku para nosotros y para los demás, surge desde nuestro interior el Estado de la Budeidad y su fuerza vital. .
Los Diez Estados están cada instante latente en la vida de la persona, a esto se llama «posesión mutua de los Diez Estados», es decir aun estando en los Estados elevados de la vida como: la Budeidad, el Bodisatva o la Auto-Realización, también podemos manifestar los Estados bajos como: Ira, Animalidad o Infierno; y viceversa. La práctica del Budismo de Nichiren Daishonin, es para permanecer el mayor tiempo posible en los Estados elevados y salir lo más rápido de los Estados bajos de los cuatro malos caminos; es decir, mientras más se practica el Budismo se despierta los Estados de Bodisatva y Budeidad.