La importancia de la práctica asidua del Gongyo y Daimoku
La práctica del Gongyo es un entrenamiento que nos da fuerzas para enfrentar el diario vivir. Por eso, la práctica cotidiana es muy importante.
Nichiren Daishonin , dice: «…aunque sea invocando un solo Daimoku obtendrá un inmenso beneficio». Si uno practica diariamente y con sinceridad el Gongyo y Daimoku, no podrá imaginarse cuanto beneficio recibirá. Por eso, la práctica del Gongyo no es algo que se obliga, más bien, practicarlo es el derecho de cada uno para recibir beneficios en la vida.
La práctica del Gongyo es un entrenamiento que purifica nuestras vidas y nos guía hacia el camino correcto de nuestra Revolución Humana inteior.
Es importante el desafiarse diariamente en la invocación del Gongyo (recitación de partes del Sutra del Loto) y Daimoku (invocación de Nam-myoho-rengue-kyo). Está claro que, toda oración sin falta tiene respuesta, y más aún si oramos por nuestra Revolución Humana y el Kosen-rufu, así como por nuestros deseos personales, sin embargo, esta respuesta no vendrá de un día a otro. Lo importante es la acumulación de buena fortuna que emana del Gongyo y Daimoku que practicamos diariamente, aunque en su momento no nos demos cuenta, con toda seguridad si miramos atrás en nuestra vida, apreciaremos el gran cambio positivo logrado en el camino hacia nuestra Revolución Humana interior.
El presidente Ikeda en su juventud, también recibió críticas de sus vecinos ignorantes que lo tildaban de bullicioso por hacer una vigorosa práctica del Gongyo. Sin embargo, él no dejó de practicar Gongyo y Daimoku, inclusive lidiando con la enfermedad que tenía.
En el diario de su juventud anotó lo siguiente:
«Mi salud está sumamente deteriorada, y mi vitalidad está disminuyendo, entonces hay que aumentar la práctica del Daimoku. El dueño del departamento me critica fuertemente por tener Gohonzon. Yo respondo, el único camino para superar mi vida es invocar el Daimoku con la vitalidad física y espiritual necesaria. La fuerza motriz para crear la victoria en la vida es la práctica del Daimoku».
Practiquemos vigorosamente el Gongyo en la mañana como punto de partida para la victoria del presente día y en la noche como preparación para hacer grandes progresos al siguiente día.
En un principio, a los nuevos miembros les cuesta hacer el Gongyo fácilmente, tardan mucho tiempo para pronunciar las frases del Sutra del Loto y, algunos por motivo de trabajo no tienen tiempo para hacerlo.
Es muy importante recitar el Gongyo en la mañana y en la noche, si lo hacemos así, lograremos tener la fe necesaria para no abandonar al Gohonzon por toda nuestra vida.
Aunque practique con fuerza pero momentáneamente con una fe de fuego, y luego abandona al Gohonzon, nunca llegará a obtener la Felicidad Absoluta. Por eso, es importante practicar el Gongyo, tal como dice Nichiren Daishonin: “Es fácil de recibir, sin embargo es difícil de mantener. El Estado de Budeidad existe en la realización de mantener la practica”.
El Maestro Ikeda nos orienta, sobre el concepto del Gongyo: «Por falta de tiempo si no puede hacer el Gongyo, puede hacer cien o doscientas veces Daímoku, lo importante es hacer algo. Ante todo siéntese frente al Gohonzon, lo importante es la voluntad sincera de alabar y abrazar al Gohonzon invocando el Daimoku diariamente por la mañana y tarde». Mientras esa voluntad se mantenga, no desaparecerá la vida dichosa, el ánimo, y esa práctica, aumentará la dicha de vivir, aunque nadie esté mirando, sólo el Gohonzon sabe y está observando (Febrero, 1996).
¿Por qué oramos al Gohonzon?
El Gohonzon es el objeto de devoción en el Budismo de Nichiren Daishonin. En japonés, “Go” significa digno de honor y “honzon” significa objeto de respeto fundamental.
Nichiren Daishonin definió la Ley Universal que impregna la vida y el universo como Nam-Myoho-Rengue-Kyo y la corporificó en la forma de un mándala: el Gohonzon, es un pergamino sobre el cual están escritos caracteres en chino y sánscrito, con los cuales Nichiren describió en forma simbólica el estado de vida de la Budeidad que poseen todas las personas.
Los miembros de la SGI invocamos Nam-myoho-rengue-kyo al Gohonzon entronizado en nuestras propias casas. El Gohonzon, junto con la fe del practicante y la entonación del Daimoku, actúan como un incentivo para activar la condición de vida de la Budeidad innata en la vida de todos.